b'SullegadaimpliclacivilizacindeEl nuevo jefe, que llegaba con todo el res-aquellamuchachadaaguerridayganadorapaldo de laaufy el respeto de los jugadores, que estaba envuelta en el oro olmpico. porque haba sido futbolista, saba que en el La grieta era entre la disciplina y la bohe- plantel haba un hombre que sera difcil de mia. domesticar: Andrs Mazali. Y de la bohemia de aquellos jvenes vayaEra el golero titular indiscutido, campen como muestra un botn. Franklin Morales,en Colombes y msterdam. Un joven gana-en su libro Andrade. El rey negro de Pars, 1 dor con las mujeres, al que le gustaban los ca-recoge una crnica de Carlos Reyes Lerena,barets y la bebida. No obstante, era un depor-enviado especial del diario El Pas para cubrirtista con todas las letras y haba oficiado de los Juegos Olmpicos de 1928. All fue lapida- preparador fsico de la seleccin de 1924 en el rio. Los futbolistas hacan lo que queran,barco que atraves el ocano Atlntico. Estos public el 6 de junio de ese ao. antecedentes eran muy pesados de soportar Contaba que jugaban a las cartas y bebanpara Supicci, quien desembarcaba en el gru-hasta altas horas de la madrugada, y que lospo con la impronta del orden y el respeto a la das de partido coman a las tres de la tarde,jerarqua.teniendo preferencia por las recetas basadasEra l o Mazali. Era el orden o la bohe-en salsas, mariscos y platos muy condimenta- mia. Y el orden fue lo primero. El asunto se dos. Para el enviado de El Pas esto no pre- resolvi cuando una noche Mazali se escap dispona una digestin y trabajo regular deldel chal y Supicci se enter. De inmediato lo estmago. ech del equipo y le dio el puesto a Enrique Reyes Lerena tambin constataba el des- Ballestero. El hecho conmocion al grupo y filedepersonasporelcampodeentrena- reafirm el nuevo estilo que impona Supicci.miento y las frecuentes ausencias de algunosJos Pedro Mazali, hijo del protagonista 196 jugadores que abandonaban la concentracinde aquel escndalo, cont a este autor: Es para realizar incursiones de placer en el cen- cierto que a mi padre le gustaba el cabaret y tro de la ciudad. que se escapaba de la concentracin para ir Asimismo se quejaba de que los diarios dea divertirse con mujeres. l se escapaba por Italia, Francia y Blgica explotaban con saauno de los balcones del chal. Ojo que no era la inconsciencia de nuestros futbolistasel nico. Eran varios, pero por respeto a su que se dedican al beberaje a pocas horas dememoria no los voy a nombrar. Tambin eran un match olmpico en una forma mortifi- milongueros y se tiraban del balcn igual, y no cante. 2 haba problemas. Hasta que nombraron pre-En 1930 Supicci lleg para poner discipli- parador fsico a Supicci, y eso dio orden den-na y asegurar que los futbolistas estuvieran altro del grupo. Y mi padre representaba otra cien por ciento de sus capacidades. Los jve- forma de pensar y de ser que no tuvo lugar nes deban hacer ejercicios fsicos, entrenar,con las nuevas reglas, relat el hijo del cam-alimentarse correctamente y evitar distraer- pen olmpico que se perdi, por una despro-se con salidas de la concentracin. lijidad, el mundial de 1930.Para evitar filtraciones a la prensa, la pri- Supiccitenasuformadeentenderla mera instruccin que dio Supicci, avalado porpreparacin del equipo. Segn recuerda Luis la comisin seleccionadora, fue una suerte dePrats en su libro La crnica celeste, 3Supicci ley mordaza, por la cual los futbolistas nodispuso prcticas los martes y los jueves en podan hablar con los periodistas. El nicoel Parque Central y en Pocitos. Si llova, los autorizado para hacerlo era Supicci.entrenamientos se hacan en los galpones de la Asociacin Rural, que estaba al lado de la concentracin.Pratscitaunasdeclaracio-1Morales, Franklin. Andrade. El rey negro de Pars. Monte-video. Editorial Fin de Siglo. 2002.2Diario El Pas del 6 de julio de 1928, citado por Franklin3Prats, Luis. La crnica celeste. Montevideo. Editorial Fin Morales en Andrade. El rey negro de Pars. P. 151. de Siglo. 2000. P. 70.'