ALMANAQUE BSE 2019_ 119 El transporte viene implementando, aunque con dificultad y muy lentamente, alternativas al diesel y a la gasolina, con el desarrollo de autos eléctri- cos e híbridos (que tienen ambos sistemas, para evitar quedarse sin energía) y otros que funciona- rían con energía solar. Pero hay buenos pronósti- cos en este campo porque las implicancias van más allá de la contaminación. El sistema actual es ineficiente pues los coches pasan estaciona- dos más de un 90 % del tiempo. Se estima que para 2050 ya no contarán con motores a explo- sión ni conductores. En el futuro serán eléctricos y autónomos y se usarán según la demanda en un modelo de tránsito y transporte más económico y sostenible. No habrá necesidad de comprar un automóvil, solo usarlo. Esto, sin duda, reducirá los niveles de contaminación. Por otro lado, se apuesta al desarrollo de nuevos materiales biodegradables, como aditivos que consisten en compuestos metálicos que al ser agregados al plástico promueven los procesos de oxidación para lograr su descomposición. El uso de proteínas naturales como la caseína o bio-políme- ros (llamados también madera líquida) se suman a otras posibilidades que vienen siendo probadas con éxito. Asimismo, se busca dar un tiempo de utilidad mayor a los materiales de difícil descom- posición a través de la reutilización o del reciclaje. Adidas se unió a la organización Parley for the Oceans para lanzar sus primeras zapatillas he- chas enteramente con plástico reciclado sacado del océano. Y la reutilización de materiales no sólo ha incursionado en el mundo de la moda sino tam- bién en el de la construcción, apuntando a reducir desechos a través de soluciones ecoeficientes. El descubrimiento que promete revolucionar en este campo y tal vez pueda revertir gran parte del problema es una enzima mutante presente en al- gunas bacterias que “se come” el plástico, descu- Proyecto Detox my fashion En el año 2011, Greenpeace lanzó la campaña Detox my Fashion para hacer frente al uso generalizado de sustancias químicas peligrosas en la fabricación de ropa, las que se liberaban a las vías fluviales de países como China, Indonesia y México. Era la primera campaña que retaba a las grandes marcas de moda a asumir la responsabilidad del impacto medioambiental de sus cadenas de suministro y a comprometerse con un vertido cero de sustancias químicas peligrosas para 2020. Fueron 80 marcas y proveedores los que aceptaron el reto. www.greenpeace.org --------------------------------------------------------------------------------------------------- © FRANCESCO ALESI / GREENPEACE