ALMANAQUE BSE 2018 132 Ruido ELIZABETH GONZÁLEZ Aunque muchas veces se vincula el ruido con los avances tecnológicos de las últimas décadas, la historia muestra que casi desde los inicios de la vida sedentaria ha sido causa de conflictos y problemas de convivencia. En los escritos acadios del Atrahasis (siglo XVII a.C.) se relata cómo los dioses deciden crear a la hu- manidad para que trabaje en su beneficio; así dan vida a siete hombres y siete mujeres, mezclando arci- lla con la sangre del dios Geshtu-E, sacrificado para ello. Es interesante anotar que el nombre de este dios significa “el oído” o “la sabiduría”. Sin entrar en las conexiones entre lo oído, lo relatado, la expe- riencia, la longevidad y entonces la sabiduría, y que su sacrificio sea necesario –según los sumerios- para que surja la humanidad, una interpretación reciente de las tablaturas de la Epopeya de Gilgamesh indica que los Dioses enviaron el Diluvio Universal como castigo divino a los hombres debido a su ruidoso es- tilo de vida. En efecto Enlil, “rey del Diluvio y el señor de los Destinos” en la mitología sumeria que “ejercía la supremacía sobre el resto de las divinidades locales” (González, 2006), intentó arrasar con la humanidad en tres oportunidades, molesto por sus hábitos rui- dosos: primero les envió la peste, luego una intensa sequía y, por último, el Diluvio Universal. Pero ¿a qué se referirían las expresiones?: “Elpaíseratanruidosocomountoroquebramaba. Los dioses crecían agitados y sin paz, con los disturbios ensordecedores(…)” ¿Por qué el ruido de los hombres podría desatar la ira de los dioses al extremo de desear exterminarlos? Mucho más tarde, unos 600 años a. C., surgen al- gunas de las más antiguas normas de gestión am- biental (González, 2012): en la ciudad de Sibaris estaba prohibido a herreros y carpinteros instalar-