ALMANAQUE BSE 2018 44 las capturas en África y los que no sobrevivieron al viaje, debido principalmente a las enfermedades y al hambre. A fines del 1700 el viaje en barco tenía una duración de en- tre seis y ocho semanas, pero el mal tiempo podía provocar que se extendiera a más de diez. Los primeros en llegar a la Banda Oriental habían sido capturadosytraídosaAméricaporloscomerciantesdeescla- vos portugueses. Más adelante, la corona española contrató a otras empresas esclavistas, en este caso de origen inglés y holandés. Los que llegaron provenían de numerosas regiones del continente y pertenecían a grupos que hablaban distin- tos idiomas y eran culturalmente diferentes, lo que además era aprovechado por los esclavistas para impedir que pudie- ran comunicarse entre sí, obligándolos a adoptar el español como lengua compartida. Un gran número eran de etnia y cultura bantú, y procedían de los territorios de las actuales Angola, Sierra Leona, Guinea, Cabinda, Kenia, Camerún y Congo. En Montevideo el auge de los buques negreros pue- de situarse en el período que va desde 1743 a 1814. Tener un esclavo negro en la casa era un signo de dis- tinción para la sociedad de la época y, además de las duras condiciones que debían sufrir, les era impedido utilizar sus nombres, recibiendo el apellido de quien era su propietario. Era moneda corriente que los amos abusaran sexualmente de las esclavas, motivo por el cual se multiplicaron los des- cendientes mulatos. Junto con la Declaratoria de la Independencia, en el año 1825, se estableció que los hijos de padres esclavos nacidos en el territorio eran automáticamente libres. Esta disposi- ción, conocida como Ley de Vientres, motivó que numero- sos esclavos que residían en territorio brasileño escaparan, contribuyendo de manera significativa a la conformación de los afrouruguayos. Las disposiciones sobre la Ley de Vien- tres y la prohibición del tráfico recién se aplicaron a partir del 20 enero de 1830. Finalmente, la esclavitud fue abolida en diciembre de 1842 por el Gobierno de la República, en medio de la Guerra Grande (1838-1852), durante el Sitio de Montevideo y luego del triunfo de Oribe. Para fines del siglo XIX numerosos argentinos de origen africano habían abandonado el vecino país para instalarse en el Uruguay. Si bien los africanos residían en casas de familia, y la ma- yoría vivía en las ciudades, muchos habían sido distribuidos en el interior del país, en establecimientos desperdigados por toda la campaña. En Montevideo, una vez libres se instalaron a vivir en casas de inquilinato, conocidas luego como conventillos, muchas en la zona sur de la ciudad (hoy barrios Sur y Palermo). Según el Censo 2011 del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 8 % de uruguayos declara un origen afrodescendiente. Los departamentos de Artigas y Rivera concentran la mayor cantidad y el índice es superior a 17 % mientras que en Colonia y Soriano solo un 3 % de los consultados declaró poseer antepasados de ese origen. Por otra parte, el 5 % de la población afirma tener ascendencia indígena, resultando los departamentos de Tacuarembó con 8 % y Salto con 6 % los que concentran mayor número. Si bien no existe un total consenso en la comunidad científica, la presencia indígena en la región data de más de 10.000 años atrás. Una de las teorías más aceptadas en torno al poblamiento americano indica que al igual que el resto de los nativos americanos, los pueblos que habitaban estas tierras comparten un pasado común y llegaron hace aproximadamente unos 25.000 años desde Asia a través del estrecho de Bering, que une la región de Siberia con la actual Alaska. Para llegar a estas conclusiones, los científicos utilizaron métodos empíricos que permitieron establecer esas fechas, como son la datación por carbono 14 o radiocarbono, el estudio de ADN mitocondrial y estudios de dentición, sanguíneos y lingüísticos, entre otros. DATOS