ALMANAQUE BSE 2018 228 debajo de troncos caídos, escombros, ramas, ma- teriales en desuso, grietas e incluso en cultivos de siembra directa donde el rastrojo y la humedad proporcionan condiciones óptimas para que estos animales se desarrollen en grandes cantidades con- virtiéndose en plagas. En Uruguay, los bichos de la humedad son un problema. Provocan importantes pérdidas econó- micas sobre todo en cultivos de soja bajo siembra directa; el daño a los cultivos es irreversible y se da durante la implantación, entre el día 2 y el día 12 después de la siembra. Estos animales se alimentan de las plántulas cuando recién emergen y también de los cotiledones y semillas. Pasado el período de implementación del cultivo también provocan he- ridas en la zona del cuello de la planta provocando hojas con baja turgencia y amarillas; de ese modo la planta se debilita, decae y vuelca. Tienen preferencia por las leguminosas, en primer término por la soja y luego por las leguminosas forrajeras como la alfalfa y el trébol, entre otras. A su vez, se los ha observa- do en cultivos de maíz, avena, sorgo, trigo y cebada. También ocasionan perjuicios en jardines y huertas ya que se comen las raíces, frutos y partes blandas de las plantas. Su hábito alimenticio, muy variado, lo desarrollan durante la noche. La implantación de cultivos de siembra directa durante la primavera tiene alto riesgo de ataque por estas plagas ya que en esa estación del año los bichos de la humedad comienzan a reproducirse y a aumentar sus poblaciones. Tienen reproduc- ción sexual; se necesitan un macho y una hembra para aparearse. Las especies de climas templados se reproducen durante la primavera y el verano, en nuestro país se los observó reproduciéndose desde octubre hasta abril mientras que en regiones de cli- mas cálidos lo hacen durante todo el año. Las hem- bras, una vez que fueron fecundadas, forman una especie de bolsa incubadora llamada “marsupio” que simula un medio acuático donde se desarrollan los huevos, pasando por el estadio de embrión y el último denominado mancas marsupiales. Las mancas marsupiales son las encargadas de romper el “marsupio”, para salir al medio externo, cuando pasan a llamarse mancas terrestres. La deno- minación “manca” se debe a que estos individuos no tienen desarrollado el último par de patas, además son pequeños, miden unos 2 mm y no tienen colo- ración. Luego de varias mudas, las mancas pasan a ser juveniles, similares a los adultos pero de menor tamaño. Cuando comienzan a reproducirse se los considera adultos. Plántulas de soja, 12 días de implantación.