ALMANAQUE BSE 2018 93 El proceso migratorio nunca es unidireccional y así como Uruguay recibió a cerca de 600.000 personas a lo largo de su historia, a partir del año 1970 el proceso se revirtió y dio como resultado que muchos uruguayos se fueran del país tanto por razones políticas como económicas. Este fe- nómeno se agudizó a principios del corriente siglo cuando, de la mano de la crisis, decenas de miles de uruguayos, en su mayoría jóvenes, se traslada- ron a vivir al exterior. En contrapartida, años más tarde comenzaron a llegar al Uruguay inmigrantes procedentes de diversos orígenes, principalmente latinoamericanos. Este fenómeno se fue haciendo cada vez más evidente y en Montevideo, Canelones y Maldona- do se ha vuelto común encontrarse con personas provenientes de Perú, Venezuela, Argentina, Bra- sil, Cuba, Colombia, Bolivia, China, República Dominicana, India u oriundos de países europeos o de Norteamérica. Desde hace ya unos años tam- bién es contrastable el retorno de miles de compa- triotas para instalarse en el país y en muchos casos acompañados de parejas que construyeron en los países donde vivieron y con hijos nacidos del otro lado del mundo. Los motivos que atraen a estas personas para vivir en el Uruguay son variados. Para muchos latinoamericanos la decisión pasa por el aspecto económico pero también están aquellos que en- cuentran en nuestro país una forma de vida afable y saludable. El número de radicados es cada vez más representativo de un flujo inmigratorio que le está cambiando la cara al país, sumando nuevos aportes culturales, musicales, lingüísticos, gastro- nómicos, entre otros. Un porcentaje importante de los recién llega- dos se desempeñan en el área de los servicios, en seguridad, en restaurantes o atendiendo comercios, pero también hay otros que llegan con estudios terciarios o profesionales y tal vez sin encontrar un primer trabajo vinculado, poco a poco van consi- guiendo insertarse, desempeñándose en empleos ligados a su formación. Así como en el pasado el saldo migratorio demostra- ba que eran más los orientales que elegían para vivir a Buenos Aires, actualmente ese número es superado por los argentinos que eligen nuestro país para radi- carse. Este fenómeno no se presenta solamente en Montevideo, sino también en lugares como Punta del Este y Colonia. Asimismo se hizo visible en el litoral del país donde la agricultura transformó el paisaje y muchos vecinos llegaron para insertarse y aprovechar esta expansión productiva. Los hay de todas las eda- des, propietarios de establecimientos rurales, de co- mercios, empleados, profesionales y otros. Grandes empresas argentinas trasladaron sus polos logísticos o han abierto oficinas y/o plantas de este lado del río. Con esta mudanza trajeron a cientos de cuadros me- dios y jerárquicos junto a sus familias. Los argentinos residentes en el Uruguay constituyen la principal co- rriente demográfica de las últimas décadas. En menor medida, pero sin dejar de ser un grupo importante, los brasileros que se han instalado en Steve, camerunés en Uruguay