ALMANAQUE BSE 2018 81 Dentro de ellos, estuvieron quienes presentaban mayor o menor permeabilidad o, simplemente por la distancia con su lengua materna, tenían mayor dificultad para adquirirlo. Las colectivida- des mantenían su idioma en el seno de sus insti- tuciones, en las publicaciones comunitarias y en el propio intercambio dialógico entre paisanos. Dependiendo de los barrios era común escuchar otros idiomas y dialectos; y en el intercambio con individuos que hablaban otras lenguas, el español “uruguayo” se fue moldeando. El español del Río de la Plata presenta como característica distintiva el yeísmo, que hace indis- tinto el sonido de la “ll” y la “y”. Aunque posee muchos puntos de contacto con el español que se habla en Buenos Aires, el español del Uruguay pre- senta ciertas particularidades que lo diferencian. Tampoco es posible establecer que sea uniforme y se hable en todo el país exactamente de la misma manera. Un ejemplo de esta diversidad es palpable en el departamento de Rocha, y en algunas partes de Maldonado y de Lavalleja, donde se prescinde del voseo en favor del tuteo. Esta particularidad responde supuestamente al origen castellano de una importante porción de su población origi- naria. Otras teorías lo vinculan a una variante arcaica del portugués que existía en el estado de Río Grande do Sul. Asimismo, la utilización del “vo” es una muletilla apelativa característica de los uruguayos que sirve para enfatizar, para llamar la atención, detener a alguien, o para demostrar asombro o sorpresa.