ALMANAQUE BSE 2018 199 “ ” realizar la guerra de corso, estableciendo claramente su misión, garantizando la seguridad de las perso- nas y las naves capturadas. Las embarcaciones cap- turadas eran conducidas a puertos neutrales donde por lo general eran subastadas, y la tripulación era puesta en libertad. Uno de los principales puertos de destino de las naves artiguistas era Baltimore en Estados Unidos. EL PLAN QUE NUNCA FALLA Esta forma de hacer la guerra en el mar fue muy utilizada por las fuerzas artiguistas, carentes de una marina de guerra. El contrato por medio de las letras patentes compensaba la inferioridad de medios en los enfrentamientos navales, desgastan- do a las grandes potencias las cuales veían menguar sus fuerzas ante estas embarcaciones que surcaban los mares. El capitán corsario disponía de su nave y mari- nería, mientras que el gobierno libraba las patentes y de esa forma se legalizaba la captura de naves ene- migas y no se empeñaban los pocos rubros del go- bierno en tener que sustentar una marina de guerra. Esta marina “sin almirante” tenía claro su objetivo: atacar toda embarcación de los países Colonia del Sacramento se convirtió en uno de los puertos de partida de los corsarios artiguistas, siendo el navío Irresistible uno de los más importantes. enemigos, especialmente a las naves comercia- les, débilmente protegidas, las cuales le propor- cionaban al navío corsario de un botín de guerra fácilmente comerciable. Así, la bandera artiguista fue temida no solo en el Río de la Plata porque los corsarios llevaron sus naves a través de los mares del mundo, capturando barcos portugueses y españoles tanto en el océa- no Atlántico como en el mar Mediterráneo o en el mar Caribe. FUENTES • Gandía, Enrique de. Historia de los piratas en el Río de la Plata. Librerías Cervantes. Buenos Aires, 1936. • Beraza, Agustín. Los Corsarios de Artigas. Centro de Estudios Navales y Marítimos. Montevideo, 1978. • Batallas que hicieron Historia. Guerra de Corso, el frente naval de Artigas. Miniserie Gráfica El País, Montevideo, 2005. FOTOS PROVISTAS POR EL AUTOR