ALMANAQUE BSE 2018 231 Si lo hacemos en diferentes días del año, comproba- remos que el aspecto no siempre será igual. En efec- to, veremos una cantidad de cambios en la naturaleza que están estrechamente relacionados con las esta- ciones y referidos al movimiento del Sol. Suponga- mos que comenzamos las observaciones desde nues- tra ventana, en verano. Comprobaremos que el Sol tiene más altura con respecto al horizonte y como consecuencia abundan las flores, los árboles tienen hojas y frutos, pululan los insectos y las variedades de aves, al tiempo que la temperatura es elevada. Si desde la misma ventana realizamos la obser- vación en otoño, comprobaremos algunos cambios, los árboles pierden sus hojas, disminuye la floración, así como la presencia de aves e insectos. Este cambio se debe a que el Sol tiene menor altura con respecto al horizonte, por lo tanto la temperatura desciende. Si continuáramos observando desde la ventana en invierno y primavera, notaríamos muy fácilmente las variaciones que se producen. Hemos establecido una relación entre los cam- bios en la naturaleza y el llamado movimiento apa- rente del Sol, que es consecuencia de la rotación y la traslación de la Tierra. Se demuestra experimental- mente que la Tierra rota sobre sí misma y se traslada alrededor del Sol, en una órbita elíptica. Su rotación es en sentido oeste-este, comprobable a través de la célebre experiencia del péndulo de Léon Foucault (1871). También la desviación en la trayectoria de los proyectiles, cohetes y misiles. Por estar situados sobre la Tierra “vemos mo- verse al Sol”, siendo éste un movimiento aparente como consecuencia de la rotación terrestre, que es de oeste a este. Por lo tanto, como consecuencia del mismo, desde la Tierra vemos moverse al Sol de oriente a occidente. La expresión “aparente” hace alusión a que es producto de nuestra vista. Astro- nómicamente al Sol se le reconoce un movimiento aparente diario y otro de carácter anual. El Sol, en cada día del año, sale por el oriente, culmina al me- diodía y se oculta por el occidente. Cuando está re- corriendo la región oriental, en la mañana hasta el mediodía, el sentido de su trayectoria es ascenden- te; al mediodía logra su máxima altura (culmina) y de tarde ingresa en la región occidental y el sentido de su trayectoria es descendente. Por ese motivo, es oportuno llamar al oriente el levante y al occidente el poniente. Por lo tanto, el Sol sale, culmina y se oculta por distintos puntos de la esfera celeste, y solamente dos días en el año sale por el punto este y se oculta por el oeste, en ocasión de los dos equinoccios en el Hemisferio Sur, Aries u otoño y Libra o primavera. En cada día del año, el Sol recorre circunferencias aparentes, paralelas al Ecuador celeste y con centro en el Polo Sur celeste, muy próximas una de otra, formando una figura comparable a un resorte. La figura 1 nos muestra que esas circunferencias no tienen el mismo tamaño. En los días de los equinoccios (otoño y pri- mavera) el Sol permanece doce horas por encima del horizonte (llamado “día natural” o sea el lap- so desde su salida a su puesta) y doce horas por debajo del horizonte (noche). Precisamente, la palabra “equinoccio” significa igual duración del día y la noche. PIXABAY