ALMANAQUE BSE 2018 39 En 1938, Alemania no era un buen lugar para un niño judío. Aquellas familias que tuvieron los medios para huir del país lo hicieron. Los Freudenheim lograron salir de Berlín con destino a Montevideo. Su pequeño hijo Fritz, de 11 años de edad, documentó su odisea en un mapa titulado: Von der alten Heimat zu der neuen Heimat! («¡De la vieja casa a la nueva casa!») • 1° de marzo de 1938: Solingerstrasse 1, Berlín NW87. Preparativos para salir del país. • 23 de octubre de 1938: Hamburgo, principal puerto de Alemania y en esos días el punto de salida de muchos emigrantes judíos. • 28 de octubre de 1938 El barco Jamaica abandona Hamburgo para Sudamérica, con los Freudenheim a bordo. • 31 de octubre de 1938: Amberes (Bélgica) • 5 de noviembre de 1938: Le Havre (Francia) • 8 de noviembre de 1938: Lissabon (Portugal) • 11 de noviembre de 1938: Casablanca (Marruecos) • 26 de noviembre de 1938: Río de Janeiro (Brasil) • 27 de noviembre de 1938: Santos (Brasil) • El 30 de noviembre de 1938: Montevideo (Uruguay) Aquí, la familia se instala en la calle Sotelo 3918 en la zona del Prado. EL VIAJE DE FRITZ consolida una migración que si bien no es cuantiosa es significativa. Los irlandeses siguen llegando a causa de la Gran Hambruna irlandesa, cuando millones emigraron, principalmente a Estados Unidos. Los japoneses llegaron al país fun- damentalmente como una migración de tipo individual de personas pro- venientes del medio rural. Algunos hicieron antes escala en Argentina o Brasil. Tenían como origen la isla de Okinawa. Comenzaron a llegar a principios del siglo XX y al finalizar la Segunda Guerra Mundial, entre 1950 y 1960. También llegaron otras perso- nas de origen asiático, principalmente coreanos y chinos. No es posible en todos los casos establecer fechas exactas para la llega- da de los grupos, salvo cuando existe prueba documentada de ese aconteci- miento, lo que sí es posible definir son los periodos vinculados al aumento o a la disminución del flujo de inmigran- tes de un origen en particular y en el caso de algunas nacionalidades que ya estaban presentes con algún integran- te desde la época de la colonia, recién fue posible determinar la existencia de una corriente migratoria hacia finales del siglo XIX. El “ser oriental” surge de una com- binación de numerosos grupos, proce- dencias, tradiciones, orígenes y senti- mientos. La identidad uruguaya se ha consolidado con múltiples particulari- dades, pero en cada árbol familiar ha- brá siempre una historia para contar. FUENTE: MUSEO JUDÍO DE BERLÍN