ALMANAQUE BSE 2018 209 que son de la región, sin embargo, las condiciones urbanas difieren de las condiciones naturales de la región y por lo tanto no siempre estas especies se adaptarán correctamente a la ciudad. ¿CÓMO DEBERÍAMOS MANEJAR LOS ÁRBOLES EN LA CIUDAD? Popularmente se cree que los árboles deben ser po- dados para crecer bien, sin embargo, en condiciones ideales, cuando una especie es seleccionada correcta- mente para un sitio, la poda es una medida de mane- jo innecesaria o sólo utilizable en situaciones espe- ciales. Entonces, ¿no hay que podar los árboles de la vereda? Sí, esa es la respuesta correcta en la mayoría de las situaciones. Las podas de formación son las únicas que podrían planificarse en esquemas anuales, ya que se aplican a los árboles jóvenes y permiten un mejor desarrollo de los árboles a largo plazo. Toda rama mayor a 8 cm de diámetro no debería ser corta- da,yaquecuandosecorta,elárboltienequerecubrir y sellar las partes dañadas. Estos tejidos cortados, aunque finalmente se recubran, quedarán dañados para toda la vida. Así la poda siempre deja partes de- bilitadas en el árbol, aumentando el riesgo de entra- da de patógenos (ataque de hongos, insectos, bacte- rias, etc.) afectando su resistencia y volviéndolas más susceptibles a quebraduras en las áreas afectadas. Por este motivo, es una práctica que debe evitarse para el arbolado de la ciudad de Montevideo ya que más del 50 % de los árboles tienen un diámetro a la altura del pecho mayor a 40 cm, lo que involucra el corte de ramas de grandes diámetros que generan heridas más difíciles de cubrir o que nunca lo harán. FUENTES • Arcos, A.; Pose, R. 2008. Informe preliminar del censo de arbolado público. Montevideo, IMM. 9 p. • Konijnendijk, C. C.; Randrup, T. B. 2004. Urban forestry; urban forest functions. In: Danish forest and landscape research institute. Landscape and planning. Hoersholm, Denmark, Elsevier. pp. 475 – 476 • Lombardo, A. 1979. Los árboles cultivados en los paseos públicos. 2a. ed. Montevideo, UY. IMM. 282 p. • Nowak, D. J.; Dwyer, J.; Childs, G. 1997. Los beneficios y costos del enverdecimiento urbano. In: Nascimento, J. R.; Krishmamurthy, L. eds. Áreas verdes urbanas en Latinoamérica y el Caribe. México, Banco Interamericano de Desarrollo. pp. 17-38 • Richards, N. A. 1983. Diversity and stability in a street tree population. In: s.e. Urban ecology. Amsterdam, The Netherlands, Elsevier. pp. 159 -171 • Ross, P. B. 1994. El arbolado de calles en la ciudad de Montevideo. Almanaque BSE. 80: 194 – 203 • Terrani, E. 2014. Evaluación de la estructura y comportamiento del arbolado urbano en Montevideo. Tesis Ing. Agr. Montevideo, Uruguay. Facultad de Agronomía. 135 p. preferentemente a lo largo de la vereda sobre el lado de la calle y con una distancia de plantación que permita generar un dosel continuo con sus copas. Es así, que muchas de las alineaciones que encon- tramos en Montevideo, con grandes plátanos ge- nerando un corredor sombreado a lo largo de las calles, son el resultado exitoso de plantaciones co- rrectamente planificadas. Este resultado no sería el mismo en estas calles si se hubiese elegido plantar por ejemplo anacahuitas (Schinus molle). Esta espe- cie muy conocida y apreciada popularmente no es un árbol con características adecuadas para ser cul- tivado en veredas, su follaje es persistente en invier- no, sus ramificaciones bajas, junto a su bajo porte, provocan interferencias (iluminación, cartelería, señales de tránsito) y no permiten generar un corre- dor continuo de sombra en verano. Es importante también que las especies elegidas puedan adaptarse y desarrollarse en el ambiente adverso que implica el medio urbano. De nada sirve elegir una especie de forma y características ¨óptimas¨, si una vez intro- ducida en el medio urbano, no podrá desarrollarse y manifestar sus beneficios y por el contario, termi- ne enfermando o muriendo. Muchas de las especies que encontramos en Montevideo han demostrado una correcta adaptación: el plátano, fresno america- no, fresno europeo, la tipa y el paraíso son especies comunes en nuestra ciudad. La gran cantidad de in- dividuos de estas especies, y en su mayoría con ejem- plares grandes y bien desarrollados, indican que se trata de especies que están adaptadas y logran crecer en el medio urbano. Esta característica es importan- te cuando se evalúan especies nativas para el medio urbano. Muchas veces se asume que las especies au- tóctonas se desarrollarán correctamente debido a